Estaba espiándome desde la noche,
A la que yo vestía con mi ropa
En el silencio de mi bienestar,
Que en lo temprano de este ayer
Amenazaba con dolores mi mañana.
Tocó la niña a hurtadillas
Mis emociones convalecientes
Y abrió el sendero de las letras
Que conviven con la ansiedad
Que recubre mi locura.
Y aquí me tienes ahora
Tomando sanas decisiones:
Mañana me vestiré de ti
Porque el color de tu sonrisa
Despeja la negrura ocasional.
Porque el marrón de tu tez
Ilumina mi andanza cotidiana,
A ratos, ya lo sé…y no importa
Porque ese tono Vanghgogesco
Reivindica al otoño, el mío,
que me devuelve a la virginidad
que perdió esta hoja de papel
para desearte como siempre
en cada verso y vestirme de ti
escribiéndote con letras frescas.
Martha Lucía.
Sept. 29 de 2011
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